450 años de espantos y espantados...
Κείμενο του Ηλία Ταμπουράκη, γραμμένο στην ισπανική διάλεκτο της Κεντρικής Αμερικής.
El siguiente texto fue escrito por el griego Elías Tampourakis, en el modismo centroamericano del idioma español, y cuenta las tradiciones populares de esa región del mundo, así como las ha recopilado durante sus viajes desde 1988. La ortografía de este texto sigue la fonética del lenguaje tradicional.
Ya van 454 años que laj almas en pena ´e los condena´os siarrastran ca´a noche por los patios ´e los conventos color ocre, que derrumbó el espíritu´el volcán, y que la plaga ´e la “capitana”, esperando nomasito que la gente se juera, invadió, y raspan con sus ejpuelas y garras los portones ´elas fincas –negros y carcomí´os, con los soles en relieve- onde mero vivían hace tiempos ya, los gachupines, apoca´os.
En las milpas alrededor, a las brujas, tataranietas ´e los vascos –que dizque vinieron del Cáucaso- a lo mejor se les jerró festejar algún “aquelarre”. Las cadenas qu´escuchas son del “cadejos”, el Diablo que se transforma en perru y busca su salvación. Pero es también el soni´u imperceptible´elos esclavos que siguen en busca ´e su remedio incumplí ´u.
Ahí, detracitu´e la iglesia ´e la Candelaria, no ej ´el vecino la sombra que vistes. Es el “sisimite”, con su sombrero inolme, quien salió otrita vez pa´ vacilar haciéndoles trenzas indias con las crines ´e ros potros. ¡Carajo, patroncito! Nunca nos cayeron bien esos bichos raros que llegaron con los “siguas”, los blancos. Nojotros, los maiceros, preferimos quedarnos con el sisimite.
¡No hable! ¡Oyí el llantu´ela “Llorona”, que sestá bañando isnuda en los ríos buscando arrepentí´a a su patojo que lo había atira´o por el puente. Dizques la Malinche, quien había traiciona´o a los aztecas a su amito, Cortés, y él, su mercé, le regaló un bastardo. Dios sabe de cuál solda´o hiju es... Yo, pa´ decirte la pura verdá, no lo creo todo isto. A lo mejor ella busca a ver quienes somos, qué somos nojotros hoy. Me lo dijo a mí, ella... ¡Pos, sí, ´ñor!...
¡Mirá, vos! Es que ya llegamoj a la casona entilichada de Don Carlos. Viejo concho. Tendrá más de 100 años... Solo, como un pizote. Su única compañía es el fantasma de Don Juan, que sihabía tira´o en el pozo y sienterró con el temblor del 4 de abril de 1651. Nadien lo jaló diahí.
¡Cuidao, no te vayas a salir pa´lante, más allá quel barrio de Chipilapa! Es ques muy tarde ya. ¡Dios libre! No es bueno arrimarsen a estas horas a la boca ´e la mina di oro questá en la loma. Nojotros, el oro lo teníamos pa´l honor de Dios Sol, y los españoles a sus reyes se los dieron, qu´eran mortales, pes. ¡Así es la vida! ¿Que le vamojacer? Por eso esque hoy la mina es la boca abierta ´e Xibalbá, ´el Mundo di Abaju, y está lleniticu´e murciélagos. ¡La Santísima! ¡Venga, amigo! Vámonoj encarrera´os por acá, to´ derechito, porel trillillu´e los Herrreros, pa´no perdernos más.
¿La ves esa cruz ´e piedra? Aquicito vienen los chiflaos vacilones pa´ tirá´ platica y encontrar su juicio. Platican que tiembla la tierra apenas recen , pero iso, sólo ellos lo ven... Naide más. ¡Qué rollo!
Y yo, no te cre´s, llevo añales ya, que ando a los “Alcohólicos anónimos”... Pero ahura ya ni en la celda ´e la Policía no me dejan dormir unos diyitas, cuando m´encuentran tira´o por algún rincón. Está, dicen, requetellena. Pes, eso dicen los que saben mucho ´e letras y ganan plata. Y desde que murió mi doñita, y se llevaron a mis patojos a las cantinas -¿cómo es que ustedes llaman esas vainas que van los güeros desgracia´os cuando su lecho queda vacido y siacalenturan por las hembras? –ahura, que ya me quedé solo, ando con los aigres de noche y enseño el camino a algún gringo perdí´o. A veces me dan alguito pa´ ir ligero a echarme un traguillo.
Su gracia, me va a regalar algo también pa´ mi borrachera, ¿no ejasina, jeñor? Tiene muchos aigres esta mi ciudá. ¡Ay, claro que sí! Todos somos igualitos. Espantos y espanta´os. ¿No lo sabías, vos?
La Antigua Guatemala, verano de 1997
El siguiente texto fue escrito por el griego Elías Tampourakis, en el modismo centroamericano del idioma español, y cuenta las tradiciones populares de esa región del mundo, así como las ha recopilado durante sus viajes desde 1988. La ortografía de este texto sigue la fonética del lenguaje tradicional.
Ya van 454 años que laj almas en pena ´e los condena´os siarrastran ca´a noche por los patios ´e los conventos color ocre, que derrumbó el espíritu´el volcán, y que la plaga ´e la “capitana”, esperando nomasito que la gente se juera, invadió, y raspan con sus ejpuelas y garras los portones ´elas fincas –negros y carcomí´os, con los soles en relieve- onde mero vivían hace tiempos ya, los gachupines, apoca´os.
En las milpas alrededor, a las brujas, tataranietas ´e los vascos –que dizque vinieron del Cáucaso- a lo mejor se les jerró festejar algún “aquelarre”. Las cadenas qu´escuchas son del “cadejos”, el Diablo que se transforma en perru y busca su salvación. Pero es también el soni´u imperceptible´elos esclavos que siguen en busca ´e su remedio incumplí ´u.
Ahí, detracitu´e la iglesia ´e la Candelaria, no ej ´el vecino la sombra que vistes. Es el “sisimite”, con su sombrero inolme, quien salió otrita vez pa´ vacilar haciéndoles trenzas indias con las crines ´e ros potros. ¡Carajo, patroncito! Nunca nos cayeron bien esos bichos raros que llegaron con los “siguas”, los blancos. Nojotros, los maiceros, preferimos quedarnos con el sisimite.
¡No hable! ¡Oyí el llantu´ela “Llorona”, que sestá bañando isnuda en los ríos buscando arrepentí´a a su patojo que lo había atira´o por el puente. Dizques la Malinche, quien había traiciona´o a los aztecas a su amito, Cortés, y él, su mercé, le regaló un bastardo. Dios sabe de cuál solda´o hiju es... Yo, pa´ decirte la pura verdá, no lo creo todo isto. A lo mejor ella busca a ver quienes somos, qué somos nojotros hoy. Me lo dijo a mí, ella... ¡Pos, sí, ´ñor!...
¡Mirá, vos! Es que ya llegamoj a la casona entilichada de Don Carlos. Viejo concho. Tendrá más de 100 años... Solo, como un pizote. Su única compañía es el fantasma de Don Juan, que sihabía tira´o en el pozo y sienterró con el temblor del 4 de abril de 1651. Nadien lo jaló diahí.
¡Cuidao, no te vayas a salir pa´lante, más allá quel barrio de Chipilapa! Es ques muy tarde ya. ¡Dios libre! No es bueno arrimarsen a estas horas a la boca ´e la mina di oro questá en la loma. Nojotros, el oro lo teníamos pa´l honor de Dios Sol, y los españoles a sus reyes se los dieron, qu´eran mortales, pes. ¡Así es la vida! ¿Que le vamojacer? Por eso esque hoy la mina es la boca abierta ´e Xibalbá, ´el Mundo di Abaju, y está lleniticu´e murciélagos. ¡La Santísima! ¡Venga, amigo! Vámonoj encarrera´os por acá, to´ derechito, porel trillillu´e los Herrreros, pa´no perdernos más.
¿La ves esa cruz ´e piedra? Aquicito vienen los chiflaos vacilones pa´ tirá´ platica y encontrar su juicio. Platican que tiembla la tierra apenas recen , pero iso, sólo ellos lo ven... Naide más. ¡Qué rollo!
Y yo, no te cre´s, llevo añales ya, que ando a los “Alcohólicos anónimos”... Pero ahura ya ni en la celda ´e la Policía no me dejan dormir unos diyitas, cuando m´encuentran tira´o por algún rincón. Está, dicen, requetellena. Pes, eso dicen los que saben mucho ´e letras y ganan plata. Y desde que murió mi doñita, y se llevaron a mis patojos a las cantinas -¿cómo es que ustedes llaman esas vainas que van los güeros desgracia´os cuando su lecho queda vacido y siacalenturan por las hembras? –ahura, que ya me quedé solo, ando con los aigres de noche y enseño el camino a algún gringo perdí´o. A veces me dan alguito pa´ ir ligero a echarme un traguillo.
Su gracia, me va a regalar algo también pa´ mi borrachera, ¿no ejasina, jeñor? Tiene muchos aigres esta mi ciudá. ¡Ay, claro que sí! Todos somos igualitos. Espantos y espanta´os. ¿No lo sabías, vos?
La Antigua Guatemala, verano de 1997