Ετήσιο Σεμινάριο Λατινοαμερικανικού πολιτισμού του Ηλία Ταμπουράκη στον Όμιλο UNESCO Ν. Πειραιώς & Νήσων, 2004-2005.
Paraguay: Guaraní, la cultura de los profetas de la selva
SUBTITULO:
Esbozo etnohistórico, cultural y socioeconómico: espacio y tiempo.
INTRODUCCION: Etnocentrismo y cultura.
Presentación.
Un breve estudio etnográfico, referente al medio ambiente de la cultura guaraní, a los informantes Mby´á, a su cosmogonía e historia, al pensamiento simbólico, a la organización socio-económica y jurídica y a la cultura material de estos indígenas.
Las sociedades –dice el Profesor F. F. Armesto de la Universidad de Oxford- se pueden juzgar en lo que se refiere a su nivel cultural, y esa decisión se puede tomar solamente investigando su interacción con su propio medio ambiente. Por eso, un estudio de cualquier civilización debe comenzar por su marco antropogeográfico.
Las fuentes informativas –sobre todo de las culturas de tradición oral, como ésas se definen por Louis Jean Calvet- constituyen los cimientos de la veracidad de las conclusiones. Por dicha razón debe estar siempre en vigor una colaboración multifacética entre varias ciencias, -y en el caso de los guaraní, las cuatro ciencias americanistas: la Antropología Física, la Antropogía Cultural, la Lingüística y la Historia.
El sentido del Tiempo, el cual es de importancia primordial para la comprensión de una civilización bajo investigación, es un accesorio insuficiente para el historiador, y se ofrece más para el estudio etnológico de las culturas en las que el abecedario se ha introducido recientemente por medio de un idioma “colonizador”. Las fuentes escritas coloniales, en combinación con las orales de la cosmogonía indígena, recopiladas por León Cádogan, proporcionan una visión global de los guaraní.
Los mitos o antiguos símbolos *1, son la “Palabra Icónica“ de los Principios de cada sociedad, refiere Luc Benoist, mientras que Freud los llama “complejos” y Jung utiliza el término de “arquetipos”. De todos modos, las leyendas, o sea las relaciones contemporáneas de sucesos antiguos que tienen más elementos tradicionales o maravillosos que históricos, constituyen la evolución de la “idea cultural”, es decir la forma, la apariencia, la imagen, y consecuentemente la substancia espiritual de cualquier civilización.
La estratificación social, basada en el parentesco de linajes, la estructura político-religiosa –la esencia íntima del pensamiento guaraní- y las instituciones económicas fueron los instrumentos administrativos de su sociedad.
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*1 Etimológicamente, la palabra “símbolo” se deriva del verbo griego (clásico) συμβάλλειν, que significa colocar juntos.
I. El marco antropogeográfico: interacciones.
Las Américas proporcionan gran variabilidad en su relieve geográfico y sus zonas climáticas, lo cual resulta importantísimo desde el punto de vista cultural. Suramérica presenta la siguiente estructura geológica:
1. la Cordillera de los Andes, hasta done se expandieron los guaraní,
2. el macizo brasileño y el de las Guayanas, separados por la cuenca amazónica, cuna de los Mby´a o guaraní arcaicos,
3. los Llanos del Orinoco,
4. la Pampa argentina y el Gran Chaco paraguayo, habitado por los guaraní actuales.
Nueve de los ríos más caudalosos del globo terrestre se encuentran en el continente americano, y entre ellos:
Desde el sur del Brasil, hasta el el sureste de Argentina y Uruguay, el clima se caracteriza como “chino”, puesto que presenta veranos cálidos y húmedos de tipo tropical e inviernos suaves y lluviosos.
Las sabanas, la vegetación subtropical y la selva pluviosa identifican esa vasta región.
La fauna, favorecida por la flora existente, cuenta con diferentes especies de monos, murciélagos, perezosos *3, yacarés *4, marsupiales, felinos y roedores excavadores.
El Nuevo Mundo está escasamente poblado, ya que sólo viven 600.000.000 de personas en sus 42.000.000 de km2. Lo que singulariza al pueblo iberoamericano es su carácter mestizo, resultante de la conquista y la mezcla racial efectuada a partir del s. XVI d.C. La estirpe amerindia pertenece a la raza amarilla, si bien forma una raza aparte. Son xantodermos, tienen el pelo liso y un rostro similar al de los mongoles.
Culturalmente, el continente americano se divide en dos grandes zonas: la nuclear y la marginal. La América nuclear incluye tres áreas culturales:
La América marginal –cuyas culturas no han dejado vestigios arquitectónicos monumentales, ni escrituras alfabéticas- comprende el resto del continente. La adaptación humana resulta allí muy difícil; por eso los grupos étnicos de la zona, como los Mby´a tupí-guaraní nunca sobrepasaron la fase de jefaturas.
*2 El territorio de la actual República Oriental de El Uruguay no alberga poblaciones indígenas.
*3 Bradypus variegatus, clasificado dentro de la clase de mammalia y el orden de edentata.
*4 Reptil de la familia de los caimanes, cuyo espíritu se ha deificado por los guaraní bajo el nombre de Pa´i, que significa “Sacerdote.”
II. Fuentes: los informantes indígenas y los antropólogos-cronistas.
El estudio de la constitución física de los indoamericanos, su origen, evolución e historia, sus manifestaciones culturales, sus costumbres y creencias religiosas y sus lenguas, es una ciencia muy reciente *7, conocida como “americanismo”, y abastecida por datos de la Botánica, la Geografía, la Psicología y la Arqueología.
Se reconocen dos categorías de fuentes de información:
En estas últimas, se incluyen las crónicas histórico-etnológicas y las obras literarias, teatrales y religiosas de los indígenas y los mestizos, como los morangú o mitos indígenas, la obra teatral bilíngüe guaraní-española “Sandía yvyguy” *8 de Julio Correa y los cantos de guerra “Chácore purahéi” *9, que constituyen parte de la literatura popular que alimenta la identidad nacional paraguaya. Los Jesuitas –“kechuitas”, como los indígenas los pronuncian- han jugado un papel muy importante en el mantenimiento de la cultura oral guaraní.
En fin, antropólogos como Rubén Barreiro Saguier, Pierre Clastres, Bratislava Susnik o León Cádogan *10, han llevado a cabo la complicadísima tarea de la transcripción (con la ayuda de los símbolos fonológicos internacionales) de la tradición oral guaraní, entrevistando a personajes-líderes de la actual sociedad guaraní, como Vicente Gauto o Alberto Medina.
*7 Su primer congreso internacional se celebró en Nancy de Francia, en 1875.
*8 Se trata de una obra costumbrista cuyo autor supo captar la mentalidad campesina dentro del ámbito de su propia cultura.
*9 Celebra la batalla de Nanawã ocurrida entre el 20 y el 24 de enero de 1933 en la cual el ejército paraguayo como "muralla viva" logró oponer resistencia a los ataques bolivianos.
*10 León Cádogan recibió el asiento de los fogones del que reza bien, como honra de parte de los guaraní, por el estudio que llevó a cabo acerca de su cultura.
III. Esbozo histórico: una simple hipótesis.
El hombre que llega a América hace 20.000 años *5 aproximadamente, es portador de la cultura paleolítica superior.
Se puede afirmar que los guaraní son descendientes de grupos australoides, proto-siberianos, es decir mongoloides, y proto-malayos.
Desde el 2.500 a.C., -período neolítico- hasta el año del descubrimiento del continente por Colón, y tras una catástrofe ecológica ocurrida en el área amazónica, grupos representantes del neolítico migran desde el norte (la región de los caraibes y los arawak), hacia la zona central sudamericana, habitada en aquel entonces por los gê chaqueños. Aquellas olas migratorias gozaban de cierta homogeneidad racial: eran amazónides en paulatino proceso de particularización etnolingüística. Por medio de la práctica común de la agricultura, la sedentarización aumentó.
Con el crecimiento demográfico, aparecen fenómenos de guaranización y tupinización, que marcan diferencias entre los proto-mby´á y las etnias paleo-amazónicas. Entre ellos, los guaraní evolucionaron con más rapidez en lo que se refiere a la agricultura, adquiriendo así cierta superioridad ante los “otros” *6.
A finales del siglo XV d.C., llegaron hasta las fronteras del imperio Inca, y se denominaron “chiriguanos”.
Su homogeneidad hizo que los conquistadores españoles les permitieran un contacto parecido al término francés de “laissez faire, laissez passer” entre los territorios paraguayos, argentinos, uruguayos, bolivianos, peruanos, ecuatorianos y guayaneses. En el s. XVII, los jesuitas contribuyeron a esos contactos, por medio de la evangelización.
La estratificación cronológica de las culturas de tradición oral constituye más una hipótesis que un resultado histórico, puesto que los vestigios no son suficientes para la conjetura.
*5 Según Germán Vázquez y Nelson Martínez Díaz (véase bibliografía), esta fecha se remonta hasta 200.000 años, pero una fijación alrededor de los 50-40.000 años, o sea, a principios del período glaciar Wisconsin, sería la más modesta.
*6 Úsese aquí el término “Otro” con el sentido elaborado por Jean Servier. (Véase bibliografía).
IV. Etnolingüística: guaraní, una lengua vehicular.
Lengua guaraní es, según Bartolomeu Melià, la denominación genérica que aplicaron los españoles a todos aquellos modos de hablar que presentaban manifiestas analogías con el de los Guaraní de las Islas, con quienes se había entrado en contacto en las primeras explotaciones del Río de la Plata.
En Brasil, el tupí en el norte y el guaraní en el sur, sirvieron de “língua geral” en las relaciones con las demás tribus, aunque a lo largo de toda la costa atlántica la presión europea logró eliminar dichas lenguas.
No solamente desde un punto de vista histórico, sino desde un punto estríctamente lingüístico se debe distinguir actualmente a un guaraní paraguayo y un guaraní indígena.
Durante los últimos cinco siglos, la división lingüística y cultural de los guaraní se distribuye de la siguiente manera: mby´a o cultura “ayaka”, chiripa o cultura “ajo”, pa´i tavyterá o cultura “pynaku”, guayakí o cultura “aché” (= los primitivos) y los tapieté o guarayos.
El guaraní jesuítico y el criollo, o jo-para, es hoy en día la lengua coloquial de los mestizos, hablada en un porcentaje de 93,8% *11 en el Paraguay. Esta lengua tiende a darle un contenido semántico cada vez más en consonancia con la realidad socio-cultural y política del país.
Michel Dessaint fija que la estructura de la lengua guaraní presenta entre otros:
1. substitutos nominales: xe (yo), xeve (a mí), nde (tú), ndeve (a ti), ha´e (él, ella), ixupe (a él, a ella), ñande (nosotros, as inclusivo), ñandeve (a nosotros, as inclusivo), ore (nosotros, as exclusivo), oreve (a nosotros, as exclusivo), peê (vosotros, as), peême (a vosotros, as), ha´ekuéra (ellos, as), ixupekuéra (a ellos, as).
2. determinativos nominales: (determinativos): ko óga (esta casa), pe óga (esa casa), amó óga (aquella casa), aipó óga (aquella casa que no se ve), ko´ã óga (estas casas), umí óga (esas o aquellas casas), aipó ógakuéra (aquellas casas que no se ven).
3. posposiciones: -gui (de), -guive (desde), -pe (a, en), -peve (hasta),
-goty (hacia), -rupi (por: recorrido), -ári (en, sobre), -rehe (por: causa),
-guarã (para), -ndi (con: asociación), ´^yrehe (sin), -ixa (como).
4. marcas personales activas: a-po (salto), re-po (saltas), ja-po (saltamos inclusivo), ro-po (saltamos exclusivo), pe-po (saltáis), o-po (salta o saltan).
y atributivas: xe-tuya (soy viejo), nde-tuya (eres viejo), ñande tuja (somos viejos exclusivo), ore-tuja (somos viejos inclusivo), pende-tuja (sois viejos), i-tuja (es viejo o son viejos).
5. causativo, factitivo y volitivo: /-mbo/, /-uka/, /-se/.
6. pronombre personal inclusivo y exclusivo: ñande, ore.
El guaraní demuestra cierta tendencia hacia la armonización fonética, mientras su organización sintáctica de los enunciados depende de la naturaleza semántica de los elementos predicativos.
En ocasiones rituales o de organización de la supervivencia, como la caza, se usa además, un lenguaje secreto, místico mejor dicho, que disfraza las palabras claves, para que los malos espíritus no se den cuenta de las actividades humanas: “flor de arco” se le llama a la flecha, “esqueleto de la bruma” a la pipa y “ramajes floridos” a los dedos de la divinidad llamada Ñamandú (Nuestro Padre Primero y Verdadero).
*11 Fuente: Anuario Iberoamericano 1995, Agencia Efe.
V. Cosmogonía: la teología ecológica de la selva guaraní.*12
Los elementos culturales que identifican a esta nación, en su manera de concebir el espacio, distribuir el tiempo y compartir la memoria, se ven reflejados en el lenguaje y en los elementos materiales de vida, así como en su forma de relacionarse los hombres entre sí y el hombre con el mundo mágico-religioso. Es fundamental el sentido que los guaraní dan a la palabra. La muerte es la pérdida de la palabra. Se entierra a una persona cuando ella ha perdido la palabra, porque ésta es el principio vital que la anima. Es además el medio por el cual el hombre participa de la divinidad, pues el hombre es depositario de la Palabra sobre la Tierra, y éste es el medio que le permite alcanzar la inmortalidad. Los elegidos son los portadores de las Bellas Palabras Divinas, Ñe´e Porangue´i.
Los “Profetas de la Selva”, como aparecen antropológicamente denominados los guaraní, utilizan hasta en nuestra época estas Palabras, es decir su mitología religiosa, para transmitir a las nuevas generaciones indias el sentido de su cosmogonía. Queda claro que el sincretismo ha dado como resultado productos empobrecidos, pero, a pesar de eso, los Mby´a continúan hasta hoy a condenar al fracaso toda empresa misionera.
La Primera Tierra Ivy Tenondé que existió anteriormente desapareció con el diluvio *13, la catástrofe que se produjo porque se olvidó el respeto de las reglas a seguir sobre la Tierra y el hombre transgredió las normas. Como consecuencia de esta destrucción se produjo la separación entre el mundo que puede ser clasificado como social y sobrenatural. La mediación entre estos dos mundos es la Palabra.
Los guaraní creen –y siguen manteniendo esta creencia, aunque sicretizada con el Catolicismo, en:
1. una divinidad superior, creadora,
2. la existencia de dioses creadores y héroes civilizadores con funciones semejantes,
3. genios que se confunden con los hechos de la naturaleza (animismo): Ywyra Ñe´ery son los árboles de lα
Palabra-Alma. (Culto de los muertos).
4. un diluvio universal,
5. las aventuras de los gemelos,
6. la búsqueda de la Tierra Sin Mal (Yvy Mara´e-y).
El gran dios del panteón guaraní es Ñamandú, el Padre Primero y Verdadero, quien creó la Tierra con cinco Palmeras Eternas, y dio origen a los vientos, al tiempo y al espacio. Luego colocó cuatro Varas Insignias para sostener en aquel lugar a los Siete Paraísos. Después, Él creó a los grandes dioses secundarios, los Padres y las Madres de la Palabra. Karaí es el espíritu divino de la moderación climática. Tupã es refrescante. Jacairá es vivificante. Es una Trinidad que se identifica con Ñamandú. A pesar de eso, Tupã se considera también como hijo de Ñamandú, a quien Él enseñó cómo recomponer el mundo después del diluvio, causado por Ñande Ru Eté, el dueño de las brumas densas y tenebrosas, como las que exhala su pipa, haciendo inhabitable la tierra imperfecta. A pesar de esa división, dios para los guaraní se considera como una Unidad. Es trino y uno, como Dios del Cristianismo. Por un lado, Tupã, Karaí y Jacairá constituyen formas espirituales del mismo Ñamandú. Por el otro lado, el sentido de UNO equivale en la filosofía teológica de los guaraní con EL MAL. Dicen sus sabios que todas las cosas sobre la Tierra son Uno y son Malas. Pero están convencidos que como pueblo no se han creado para el Mal, y que en algún punto temporal alcanzarán la Yvy Mara´e-y, la Tierra Sin Mal. Para ellos, los dioses son hombres y los hombres son dioses también. Según su pensamiento simbólico, lo BUENO no es lo múltiple, sino la DUALIDAD. Los guaraní son –en su cosmovisión- las últimas personas de la Tierra Enferma (Yvy Tenondé) que quedan por llegar a ocupar el lugar del rango divino, y para llegar a eso, han estado errando a través de los siglos. Pobres en mitos, los guaraní son ricos en pensamiento, dice Clastres, que pueden ser llamados como Teólogos de la Selva, mientras que Barreiro Saguier afirma que la densidad del pensamiento y la profundidad del mismo puede hacernos considerarlos como bizantinos.
*12 Godoy, Marylin: seminario etnológico acerca de los guaraní, Atenas, 1991.
*13 Compárese con las migraciones tribales de la cuenca amazónica, referidas en el cap. II (Esbozo histórico) de este estudio.
VI. Organización social: una sociedad sin Estado.
Los guaraní reconocen cuatro categorías de personas que se clasifican según sus dones de saber escuchar el lenguaje divino:
1. la gente que no posee ningún canto (adolescentes, y adultos que no pueden dirigir danzas)
2. hombres y mujeres que poseen varios cantos *14, pero que no estén dotados de un poder suceptible de ser utilizado a fines colectivos.
3. los chamanes (curanderos, clarividentes)
4. los chamanes cuyo prestigio transciende los límites de la comunidad.
El liderazgo se reparte entre dos personajes: el Mburubichá, o Gran Jefe (administrativo, político) y el Karaí *15, o jefe religioso.
El sistema patrilineal es el que domina las relaciones de parentesco y la reproducción del grupo se hace por la inserción de los progenitores de la esposa en la comunidad del esposo, es decir, por la institucionalización de la filiación masculina. Lévi-Strauss da una importancia primordial sobre el plan sociológico a las relaciones de parentesco, que según él es lo mismo que decir intercambio de mujeres.
Actualmente, el Estado y la Iglesia se preocupan en el Paraguay por el efecto social del concubinato y de las madres solteras, cuando el verdadero problema consiste en la desigualdad de la unión.
El Estado representado como aparato monopolizador de la violencia física legitimada fue truncado por la presencia de los conquistadores españoles. Además, el profetismo tupí-guaraní, la metafísica de lo UNO que significa lo MALO, rechaza la unificación del poder (oligarquia) como esencia universal de la sociedad.
Del mismo modo en que la historia de los pueblos con historia es la historia de la lucha de las clases, la historia de este pueblo sin historia según nos dice Clastres, es la historia de su lucha contra el Estado.
La inexistencia de una organización jurídica en nombre del Estado, que regule las relaciones sociales entre los grupos y entre los miembros de un grupo, hace que no exista una frontera clara que fije los límites y haga una separación entre agresión pública y privada, entre expedición guerrera y rapto de mujer.
La mujer, por su parte, está en relación directa con lo que para la sociedad guaraní es la representación de la impureza: la sangre –líquido que por excelencia mancha. Ella es la encargada de preparar el cadáver para el ritual funerario y antropófago, y en el otro caso, se trata del momento en que la mujer está con la menstruación. En el primer caso, lleva a cabo una función bienhechora de provecho colectivo, pero en el segundo debe aislarse de la población masculina.
*14 El canto de la mujer es muy diferente de el del hombre: las melodías femeninas de las guayakí son tristísimas.
*15 En el Paraguay contemporáneo se le llama Karaí a una persona de alto cargo, mientras que Karaí guazú significa Gran Señor, con el sentido de dictador.
VII. Relaciones económicas y cultura material: el arco es al hombre y el cesto a la mujer.
La conjunción del canasto con la mujer remonta a tiempos míticos, cuando Nuestro Señor Pa´i hizo a su hija de un canasto, quien por haber fornicado con Charia o Aña, fue nuevamente convertida en canasto por su padre. Cádogan señala la diferencia entre el cesto o canasto y el arco: el primero es un espacio cerrado, un receptáculo, y el otro comporta una fuerza centrífuga. Como sea, el canasto indica claramente la función de la mujer en la sociedad como recolectora de frutos silvestres, que nos recuerda conceptos neolíticos, y el arco es una clara representación del hombre-cazador de cada sociedad primitiva.
Los cronistas en general definían a los indios como unos haraganes, y hoy en día los paraguayos continúan diciendo que ésa es gente que no le gusta trabajar. Cuando se trata en efecto de una economía de subsistencia, los individuos pasan gran parte de su tiempo buscando comida y no labrando la tierra. Los guaraní tampoco pasan todo su tiempo buscando comida. Les basta lo necesario. Por esta actitud se han caracterizado como sociedad de abundancia.
La vida económica de los guaraní actuales es fundamentalmente agrícola, y accesoriamente se dedican a la caza, la pesca y a la colecta de miel y frutos silvestres.
VIII. Cultura material:
Como se refirió anteriormente (vea cap. I: El marco antropogeográfico), las culturas de la América marginal no han dejado importantes vestigios arquitectónicos.
Las conglomeraciones de los guaraní, llamadas teko´a, consisten en chozas redondas, ordenadas de modo circular, incluyendo así el opy, el templo sagrado semicircular. El concepto esférico simboliza para ellos la (re)generación de la vida humana y animal: todo lo que crea vida es redondo, esférico: los huevos de los pájaros, el vientre de la mujer embarazada, nuestro planeta Tierra, hasta el universo –según la geometría no euclídica.
En el opy sacro, se guarda el yvyra´i, el esceptro religioso, decorado con plumas de aves tropicales.
El cesto –símbolo femenino lleva entretejidos motivos geométricos “para mbói”, de la serpiente que según la cosmogonía delimitó con su cuerpo el primer espacio terrenal.
Los productos alimenticios –fundadores de culturas- tienen en el Paraguay guaraní al maíz como representante.
León Cádogan, en su libro Ywyrá Ñe´ery (Fluye del Árbol la Palabra), entrevistó a un personaje indígena, llamado Vicente Gauto, y a continuación se presenta el diálogo antropológico, redactado según la mentalidad lingüística del español guaranizado: *16
-¿Cuántas clases de avachi conoces?
-Avachi, conozco avachi amarillo, avachi blanco, avachi moteado, hay también.
-¿Qué es el mejor?
-El avachi amarillo es el bueno, avachi blanco también, avachi blanco. Eso no más.
-¿Esas dos clases las dedicáis?
-De ambas clases, sí, se hace kagwijy.
-¿Y mbojape?
-Mbojape, así también.
-Mbojape que debe “fumigar” el Karai, ¿de qué clase de avachi se hacen?
-Esas se hacen de avachi amarillo.
*16 avachi significa maíz, kagwijy es la chicha, la bebida alcohólica que se hace del maíz masticado y fermentado, y
mbojape son las tortas (de maíz), como tortillas.
CONCLUSIONES: cultura y personalidad.
Las sociedades de la América marginal, que no presentan monumentos impresionantes –anteriormente caracterizadas como primitivas por los antropólogos- logran sobrevivir tan sólo con lo que su medio ambiente les proporciona, dice el Profesor Armesto (de Oxford). La división mínima del trabajo entre los Mby´a tupí-guaraní del Chaco paraguayo, que propone a la mujer recolectora de frutos silvestres y al hombre cazador -reminiscencias ambas del neolítico- ha evolucionado hoy en día en una agricultura incipiente –substancial, se podría afirmar- manteniendo a la vez su rostro de recolector. El chamanismo y el cacicazgo siguen resistiendo en el marco del parentesco de intercambio “lévi-straussiano” contra el totalitarismo latinoamericano del siglo XX.
La Historia es más un perseguimiento humano, que una ciencia con el significado convencional de la palabra, y eso porque el pasado no está presente en nuestros sentidos: solamente podemos tener una imperceptible idea de las impresiones y percepciones de los antepasados acerca de su espacio y tiempo. Y eso ocurre con la Historia mítica de los guaraní, que está entrelazada con la naturaleza, de la cual ellos forman parte: su era selvática se pierde en la bruma de la pluviosidad, mientras que su período colonial presenta vacíos que los antropólogos-cronistas actuales tratan de encajar mediante el análisis filosófico.
Examinando períodos más recientes, realizamos que la acción sistemática de algunos países europeos (como España) a favor de la educación obligatoria de los indígenas durante el siglo XIX, se acompañó por la imposición del servicio militar obligatorio y la proletarización de las masas. De este modo, la lucha contra el analfabetismo coincide con el control incrementado que ejerce cualquier régimen a sus ciudadanos. No debemos de olvidar que para que el gobierno pueda proclamar que ningún ciudadano tiene el derecho de ignorar las leyes escritas, toda la población tiene que saber leer. Este concepto se opone al ideal guaraní, que basó su mentalidad cultural – que no difiere de su mentalidad lingüística aglutinada- a la tradición oral, la inexistencia de un Estado como aparato monopolizador de la violencia física legitimada y la falta de un sistema jurídico, que según su mitología religiosa identifica el concepto de Uno con la calidad de Malo, insinuando la oligarquía. Los guaraní son una de las sociedades a las que se introdujo (léase: impuso) el abecedario latín en épocas no muy remotas y por medio del español –la lengua del “Otro”, como herencia cultural.
Ha sido, pues, una cultura legítima, destinada a convertirse en civilización verdadera, diría Spengler, lejos de todo indicio de globalización, que fue frenada por el imperialismo hispánico. Periódicamente aparecerán deseos de regreso al pasado, como resultado de las enfermedades sociales. La etnología debe quedar como memoria de los pueblos que están en el camino de la desaparición. No existen civilizaciones resucitadas. Sólo aparecen nuevas fases de su existencia. Felices o fracasadas.
INDICE BIBLIOGRAFICO
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Suplemento antropológico de la revista del Ateneo paraguayo II, Asunción, 1966.
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GODOY, María: Indias, vasallas y campesinas, Arte Nuevo, Asunción, 1987.
LEVI-STRAUSS, Claude: Le cru et le cuit. Mythologiques, I, Paris, 1964.
MELIA, Bartolomeu : La création d´un langage chrétien dans les réductions
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POTTIER, Bernard: América Latina en sus lenguas indígenas, UNESCO,1983
ROA BASTOS, Augusto: Las culturas condenadas, compilación, siglo XXI, México, 1978.
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VAZQUEZ, Germán + MARTINEZ DIAZ, Nelson: Historia de América Latina, 1983.
Esbozo etnohistórico, cultural y socioeconómico: espacio y tiempo.
INTRODUCCION: Etnocentrismo y cultura.
Presentación.
Un breve estudio etnográfico, referente al medio ambiente de la cultura guaraní, a los informantes Mby´á, a su cosmogonía e historia, al pensamiento simbólico, a la organización socio-económica y jurídica y a la cultura material de estos indígenas.
Las sociedades –dice el Profesor F. F. Armesto de la Universidad de Oxford- se pueden juzgar en lo que se refiere a su nivel cultural, y esa decisión se puede tomar solamente investigando su interacción con su propio medio ambiente. Por eso, un estudio de cualquier civilización debe comenzar por su marco antropogeográfico.
Las fuentes informativas –sobre todo de las culturas de tradición oral, como ésas se definen por Louis Jean Calvet- constituyen los cimientos de la veracidad de las conclusiones. Por dicha razón debe estar siempre en vigor una colaboración multifacética entre varias ciencias, -y en el caso de los guaraní, las cuatro ciencias americanistas: la Antropología Física, la Antropogía Cultural, la Lingüística y la Historia.
El sentido del Tiempo, el cual es de importancia primordial para la comprensión de una civilización bajo investigación, es un accesorio insuficiente para el historiador, y se ofrece más para el estudio etnológico de las culturas en las que el abecedario se ha introducido recientemente por medio de un idioma “colonizador”. Las fuentes escritas coloniales, en combinación con las orales de la cosmogonía indígena, recopiladas por León Cádogan, proporcionan una visión global de los guaraní.
Los mitos o antiguos símbolos *1, son la “Palabra Icónica“ de los Principios de cada sociedad, refiere Luc Benoist, mientras que Freud los llama “complejos” y Jung utiliza el término de “arquetipos”. De todos modos, las leyendas, o sea las relaciones contemporáneas de sucesos antiguos que tienen más elementos tradicionales o maravillosos que históricos, constituyen la evolución de la “idea cultural”, es decir la forma, la apariencia, la imagen, y consecuentemente la substancia espiritual de cualquier civilización.
La estratificación social, basada en el parentesco de linajes, la estructura político-religiosa –la esencia íntima del pensamiento guaraní- y las instituciones económicas fueron los instrumentos administrativos de su sociedad.
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*1 Etimológicamente, la palabra “símbolo” se deriva del verbo griego (clásico) συμβάλλειν, que significa colocar juntos.
I. El marco antropogeográfico: interacciones.
Las Américas proporcionan gran variabilidad en su relieve geográfico y sus zonas climáticas, lo cual resulta importantísimo desde el punto de vista cultural. Suramérica presenta la siguiente estructura geológica:
1. la Cordillera de los Andes, hasta done se expandieron los guaraní,
2. el macizo brasileño y el de las Guayanas, separados por la cuenca amazónica, cuna de los Mby´a o guaraní arcaicos,
3. los Llanos del Orinoco,
4. la Pampa argentina y el Gran Chaco paraguayo, habitado por los guaraní actuales.
Nueve de los ríos más caudalosos del globo terrestre se encuentran en el continente americano, y entre ellos:
- el Amazonas –Madre Patria de los Mby´a,
- el sistema fluvial del Plata-Paraná, formado a partir de los ríos Uruguay *2 y Paraguay, zona habitada por los actuales tupí-guaraní.
Desde el sur del Brasil, hasta el el sureste de Argentina y Uruguay, el clima se caracteriza como “chino”, puesto que presenta veranos cálidos y húmedos de tipo tropical e inviernos suaves y lluviosos.
Las sabanas, la vegetación subtropical y la selva pluviosa identifican esa vasta región.
La fauna, favorecida por la flora existente, cuenta con diferentes especies de monos, murciélagos, perezosos *3, yacarés *4, marsupiales, felinos y roedores excavadores.
El Nuevo Mundo está escasamente poblado, ya que sólo viven 600.000.000 de personas en sus 42.000.000 de km2. Lo que singulariza al pueblo iberoamericano es su carácter mestizo, resultante de la conquista y la mezcla racial efectuada a partir del s. XVI d.C. La estirpe amerindia pertenece a la raza amarilla, si bien forma una raza aparte. Son xantodermos, tienen el pelo liso y un rostro similar al de los mongoles.
Culturalmente, el continente americano se divide en dos grandes zonas: la nuclear y la marginal. La América nuclear incluye tres áreas culturales:
- Mesoamérica (México, Guatemala, Belice, y parte de Honduras)
- Area Intermedia (Centroamérica y la mitad norte de Colombia y Ecuador)
- Area Andina (Sur de Colombia y Ecuador, Perú, Bolivia, norte de Chile y norte de Argentina).
La América marginal –cuyas culturas no han dejado vestigios arquitectónicos monumentales, ni escrituras alfabéticas- comprende el resto del continente. La adaptación humana resulta allí muy difícil; por eso los grupos étnicos de la zona, como los Mby´a tupí-guaraní nunca sobrepasaron la fase de jefaturas.
*2 El territorio de la actual República Oriental de El Uruguay no alberga poblaciones indígenas.
*3 Bradypus variegatus, clasificado dentro de la clase de mammalia y el orden de edentata.
*4 Reptil de la familia de los caimanes, cuyo espíritu se ha deificado por los guaraní bajo el nombre de Pa´i, que significa “Sacerdote.”
II. Fuentes: los informantes indígenas y los antropólogos-cronistas.
El estudio de la constitución física de los indoamericanos, su origen, evolución e historia, sus manifestaciones culturales, sus costumbres y creencias religiosas y sus lenguas, es una ciencia muy reciente *7, conocida como “americanismo”, y abastecida por datos de la Botánica, la Geografía, la Psicología y la Arqueología.
Se reconocen dos categorías de fuentes de información:
- las prehispánicas (arqueológicas, iconográficas, escritas u orales),
- las hispánicas (documentales y narrativas-testimoniales).
En estas últimas, se incluyen las crónicas histórico-etnológicas y las obras literarias, teatrales y religiosas de los indígenas y los mestizos, como los morangú o mitos indígenas, la obra teatral bilíngüe guaraní-española “Sandía yvyguy” *8 de Julio Correa y los cantos de guerra “Chácore purahéi” *9, que constituyen parte de la literatura popular que alimenta la identidad nacional paraguaya. Los Jesuitas –“kechuitas”, como los indígenas los pronuncian- han jugado un papel muy importante en el mantenimiento de la cultura oral guaraní.
En fin, antropólogos como Rubén Barreiro Saguier, Pierre Clastres, Bratislava Susnik o León Cádogan *10, han llevado a cabo la complicadísima tarea de la transcripción (con la ayuda de los símbolos fonológicos internacionales) de la tradición oral guaraní, entrevistando a personajes-líderes de la actual sociedad guaraní, como Vicente Gauto o Alberto Medina.
*7 Su primer congreso internacional se celebró en Nancy de Francia, en 1875.
*8 Se trata de una obra costumbrista cuyo autor supo captar la mentalidad campesina dentro del ámbito de su propia cultura.
*9 Celebra la batalla de Nanawã ocurrida entre el 20 y el 24 de enero de 1933 en la cual el ejército paraguayo como "muralla viva" logró oponer resistencia a los ataques bolivianos.
*10 León Cádogan recibió el asiento de los fogones del que reza bien, como honra de parte de los guaraní, por el estudio que llevó a cabo acerca de su cultura.
III. Esbozo histórico: una simple hipótesis.
El hombre que llega a América hace 20.000 años *5 aproximadamente, es portador de la cultura paleolítica superior.
Se puede afirmar que los guaraní son descendientes de grupos australoides, proto-siberianos, es decir mongoloides, y proto-malayos.
Desde el 2.500 a.C., -período neolítico- hasta el año del descubrimiento del continente por Colón, y tras una catástrofe ecológica ocurrida en el área amazónica, grupos representantes del neolítico migran desde el norte (la región de los caraibes y los arawak), hacia la zona central sudamericana, habitada en aquel entonces por los gê chaqueños. Aquellas olas migratorias gozaban de cierta homogeneidad racial: eran amazónides en paulatino proceso de particularización etnolingüística. Por medio de la práctica común de la agricultura, la sedentarización aumentó.
Con el crecimiento demográfico, aparecen fenómenos de guaranización y tupinización, que marcan diferencias entre los proto-mby´á y las etnias paleo-amazónicas. Entre ellos, los guaraní evolucionaron con más rapidez en lo que se refiere a la agricultura, adquiriendo así cierta superioridad ante los “otros” *6.
A finales del siglo XV d.C., llegaron hasta las fronteras del imperio Inca, y se denominaron “chiriguanos”.
Su homogeneidad hizo que los conquistadores españoles les permitieran un contacto parecido al término francés de “laissez faire, laissez passer” entre los territorios paraguayos, argentinos, uruguayos, bolivianos, peruanos, ecuatorianos y guayaneses. En el s. XVII, los jesuitas contribuyeron a esos contactos, por medio de la evangelización.
La estratificación cronológica de las culturas de tradición oral constituye más una hipótesis que un resultado histórico, puesto que los vestigios no son suficientes para la conjetura.
*5 Según Germán Vázquez y Nelson Martínez Díaz (véase bibliografía), esta fecha se remonta hasta 200.000 años, pero una fijación alrededor de los 50-40.000 años, o sea, a principios del período glaciar Wisconsin, sería la más modesta.
*6 Úsese aquí el término “Otro” con el sentido elaborado por Jean Servier. (Véase bibliografía).
IV. Etnolingüística: guaraní, una lengua vehicular.
Lengua guaraní es, según Bartolomeu Melià, la denominación genérica que aplicaron los españoles a todos aquellos modos de hablar que presentaban manifiestas analogías con el de los Guaraní de las Islas, con quienes se había entrado en contacto en las primeras explotaciones del Río de la Plata.
En Brasil, el tupí en el norte y el guaraní en el sur, sirvieron de “língua geral” en las relaciones con las demás tribus, aunque a lo largo de toda la costa atlántica la presión europea logró eliminar dichas lenguas.
No solamente desde un punto de vista histórico, sino desde un punto estríctamente lingüístico se debe distinguir actualmente a un guaraní paraguayo y un guaraní indígena.
Durante los últimos cinco siglos, la división lingüística y cultural de los guaraní se distribuye de la siguiente manera: mby´a o cultura “ayaka”, chiripa o cultura “ajo”, pa´i tavyterá o cultura “pynaku”, guayakí o cultura “aché” (= los primitivos) y los tapieté o guarayos.
El guaraní jesuítico y el criollo, o jo-para, es hoy en día la lengua coloquial de los mestizos, hablada en un porcentaje de 93,8% *11 en el Paraguay. Esta lengua tiende a darle un contenido semántico cada vez más en consonancia con la realidad socio-cultural y política del país.
Michel Dessaint fija que la estructura de la lengua guaraní presenta entre otros:
1. substitutos nominales: xe (yo), xeve (a mí), nde (tú), ndeve (a ti), ha´e (él, ella), ixupe (a él, a ella), ñande (nosotros, as inclusivo), ñandeve (a nosotros, as inclusivo), ore (nosotros, as exclusivo), oreve (a nosotros, as exclusivo), peê (vosotros, as), peême (a vosotros, as), ha´ekuéra (ellos, as), ixupekuéra (a ellos, as).
2. determinativos nominales: (determinativos): ko óga (esta casa), pe óga (esa casa), amó óga (aquella casa), aipó óga (aquella casa que no se ve), ko´ã óga (estas casas), umí óga (esas o aquellas casas), aipó ógakuéra (aquellas casas que no se ven).
3. posposiciones: -gui (de), -guive (desde), -pe (a, en), -peve (hasta),
-goty (hacia), -rupi (por: recorrido), -ári (en, sobre), -rehe (por: causa),
-guarã (para), -ndi (con: asociación), ´^yrehe (sin), -ixa (como).
4. marcas personales activas: a-po (salto), re-po (saltas), ja-po (saltamos inclusivo), ro-po (saltamos exclusivo), pe-po (saltáis), o-po (salta o saltan).
y atributivas: xe-tuya (soy viejo), nde-tuya (eres viejo), ñande tuja (somos viejos exclusivo), ore-tuja (somos viejos inclusivo), pende-tuja (sois viejos), i-tuja (es viejo o son viejos).
5. causativo, factitivo y volitivo: /-mbo/, /-uka/, /-se/.
6. pronombre personal inclusivo y exclusivo: ñande, ore.
El guaraní demuestra cierta tendencia hacia la armonización fonética, mientras su organización sintáctica de los enunciados depende de la naturaleza semántica de los elementos predicativos.
En ocasiones rituales o de organización de la supervivencia, como la caza, se usa además, un lenguaje secreto, místico mejor dicho, que disfraza las palabras claves, para que los malos espíritus no se den cuenta de las actividades humanas: “flor de arco” se le llama a la flecha, “esqueleto de la bruma” a la pipa y “ramajes floridos” a los dedos de la divinidad llamada Ñamandú (Nuestro Padre Primero y Verdadero).
*11 Fuente: Anuario Iberoamericano 1995, Agencia Efe.
V. Cosmogonía: la teología ecológica de la selva guaraní.*12
Los elementos culturales que identifican a esta nación, en su manera de concebir el espacio, distribuir el tiempo y compartir la memoria, se ven reflejados en el lenguaje y en los elementos materiales de vida, así como en su forma de relacionarse los hombres entre sí y el hombre con el mundo mágico-religioso. Es fundamental el sentido que los guaraní dan a la palabra. La muerte es la pérdida de la palabra. Se entierra a una persona cuando ella ha perdido la palabra, porque ésta es el principio vital que la anima. Es además el medio por el cual el hombre participa de la divinidad, pues el hombre es depositario de la Palabra sobre la Tierra, y éste es el medio que le permite alcanzar la inmortalidad. Los elegidos son los portadores de las Bellas Palabras Divinas, Ñe´e Porangue´i.
Los “Profetas de la Selva”, como aparecen antropológicamente denominados los guaraní, utilizan hasta en nuestra época estas Palabras, es decir su mitología religiosa, para transmitir a las nuevas generaciones indias el sentido de su cosmogonía. Queda claro que el sincretismo ha dado como resultado productos empobrecidos, pero, a pesar de eso, los Mby´a continúan hasta hoy a condenar al fracaso toda empresa misionera.
La Primera Tierra Ivy Tenondé que existió anteriormente desapareció con el diluvio *13, la catástrofe que se produjo porque se olvidó el respeto de las reglas a seguir sobre la Tierra y el hombre transgredió las normas. Como consecuencia de esta destrucción se produjo la separación entre el mundo que puede ser clasificado como social y sobrenatural. La mediación entre estos dos mundos es la Palabra.
Los guaraní creen –y siguen manteniendo esta creencia, aunque sicretizada con el Catolicismo, en:
1. una divinidad superior, creadora,
2. la existencia de dioses creadores y héroes civilizadores con funciones semejantes,
3. genios que se confunden con los hechos de la naturaleza (animismo): Ywyra Ñe´ery son los árboles de lα
Palabra-Alma. (Culto de los muertos).
4. un diluvio universal,
5. las aventuras de los gemelos,
6. la búsqueda de la Tierra Sin Mal (Yvy Mara´e-y).
El gran dios del panteón guaraní es Ñamandú, el Padre Primero y Verdadero, quien creó la Tierra con cinco Palmeras Eternas, y dio origen a los vientos, al tiempo y al espacio. Luego colocó cuatro Varas Insignias para sostener en aquel lugar a los Siete Paraísos. Después, Él creó a los grandes dioses secundarios, los Padres y las Madres de la Palabra. Karaí es el espíritu divino de la moderación climática. Tupã es refrescante. Jacairá es vivificante. Es una Trinidad que se identifica con Ñamandú. A pesar de eso, Tupã se considera también como hijo de Ñamandú, a quien Él enseñó cómo recomponer el mundo después del diluvio, causado por Ñande Ru Eté, el dueño de las brumas densas y tenebrosas, como las que exhala su pipa, haciendo inhabitable la tierra imperfecta. A pesar de esa división, dios para los guaraní se considera como una Unidad. Es trino y uno, como Dios del Cristianismo. Por un lado, Tupã, Karaí y Jacairá constituyen formas espirituales del mismo Ñamandú. Por el otro lado, el sentido de UNO equivale en la filosofía teológica de los guaraní con EL MAL. Dicen sus sabios que todas las cosas sobre la Tierra son Uno y son Malas. Pero están convencidos que como pueblo no se han creado para el Mal, y que en algún punto temporal alcanzarán la Yvy Mara´e-y, la Tierra Sin Mal. Para ellos, los dioses son hombres y los hombres son dioses también. Según su pensamiento simbólico, lo BUENO no es lo múltiple, sino la DUALIDAD. Los guaraní son –en su cosmovisión- las últimas personas de la Tierra Enferma (Yvy Tenondé) que quedan por llegar a ocupar el lugar del rango divino, y para llegar a eso, han estado errando a través de los siglos. Pobres en mitos, los guaraní son ricos en pensamiento, dice Clastres, que pueden ser llamados como Teólogos de la Selva, mientras que Barreiro Saguier afirma que la densidad del pensamiento y la profundidad del mismo puede hacernos considerarlos como bizantinos.
*12 Godoy, Marylin: seminario etnológico acerca de los guaraní, Atenas, 1991.
*13 Compárese con las migraciones tribales de la cuenca amazónica, referidas en el cap. II (Esbozo histórico) de este estudio.
VI. Organización social: una sociedad sin Estado.
Los guaraní reconocen cuatro categorías de personas que se clasifican según sus dones de saber escuchar el lenguaje divino:
1. la gente que no posee ningún canto (adolescentes, y adultos que no pueden dirigir danzas)
2. hombres y mujeres que poseen varios cantos *14, pero que no estén dotados de un poder suceptible de ser utilizado a fines colectivos.
3. los chamanes (curanderos, clarividentes)
4. los chamanes cuyo prestigio transciende los límites de la comunidad.
El liderazgo se reparte entre dos personajes: el Mburubichá, o Gran Jefe (administrativo, político) y el Karaí *15, o jefe religioso.
El sistema patrilineal es el que domina las relaciones de parentesco y la reproducción del grupo se hace por la inserción de los progenitores de la esposa en la comunidad del esposo, es decir, por la institucionalización de la filiación masculina. Lévi-Strauss da una importancia primordial sobre el plan sociológico a las relaciones de parentesco, que según él es lo mismo que decir intercambio de mujeres.
Actualmente, el Estado y la Iglesia se preocupan en el Paraguay por el efecto social del concubinato y de las madres solteras, cuando el verdadero problema consiste en la desigualdad de la unión.
El Estado representado como aparato monopolizador de la violencia física legitimada fue truncado por la presencia de los conquistadores españoles. Además, el profetismo tupí-guaraní, la metafísica de lo UNO que significa lo MALO, rechaza la unificación del poder (oligarquia) como esencia universal de la sociedad.
Del mismo modo en que la historia de los pueblos con historia es la historia de la lucha de las clases, la historia de este pueblo sin historia según nos dice Clastres, es la historia de su lucha contra el Estado.
La inexistencia de una organización jurídica en nombre del Estado, que regule las relaciones sociales entre los grupos y entre los miembros de un grupo, hace que no exista una frontera clara que fije los límites y haga una separación entre agresión pública y privada, entre expedición guerrera y rapto de mujer.
La mujer, por su parte, está en relación directa con lo que para la sociedad guaraní es la representación de la impureza: la sangre –líquido que por excelencia mancha. Ella es la encargada de preparar el cadáver para el ritual funerario y antropófago, y en el otro caso, se trata del momento en que la mujer está con la menstruación. En el primer caso, lleva a cabo una función bienhechora de provecho colectivo, pero en el segundo debe aislarse de la población masculina.
*14 El canto de la mujer es muy diferente de el del hombre: las melodías femeninas de las guayakí son tristísimas.
*15 En el Paraguay contemporáneo se le llama Karaí a una persona de alto cargo, mientras que Karaí guazú significa Gran Señor, con el sentido de dictador.
VII. Relaciones económicas y cultura material: el arco es al hombre y el cesto a la mujer.
La conjunción del canasto con la mujer remonta a tiempos míticos, cuando Nuestro Señor Pa´i hizo a su hija de un canasto, quien por haber fornicado con Charia o Aña, fue nuevamente convertida en canasto por su padre. Cádogan señala la diferencia entre el cesto o canasto y el arco: el primero es un espacio cerrado, un receptáculo, y el otro comporta una fuerza centrífuga. Como sea, el canasto indica claramente la función de la mujer en la sociedad como recolectora de frutos silvestres, que nos recuerda conceptos neolíticos, y el arco es una clara representación del hombre-cazador de cada sociedad primitiva.
Los cronistas en general definían a los indios como unos haraganes, y hoy en día los paraguayos continúan diciendo que ésa es gente que no le gusta trabajar. Cuando se trata en efecto de una economía de subsistencia, los individuos pasan gran parte de su tiempo buscando comida y no labrando la tierra. Los guaraní tampoco pasan todo su tiempo buscando comida. Les basta lo necesario. Por esta actitud se han caracterizado como sociedad de abundancia.
La vida económica de los guaraní actuales es fundamentalmente agrícola, y accesoriamente se dedican a la caza, la pesca y a la colecta de miel y frutos silvestres.
VIII. Cultura material:
Como se refirió anteriormente (vea cap. I: El marco antropogeográfico), las culturas de la América marginal no han dejado importantes vestigios arquitectónicos.
Las conglomeraciones de los guaraní, llamadas teko´a, consisten en chozas redondas, ordenadas de modo circular, incluyendo así el opy, el templo sagrado semicircular. El concepto esférico simboliza para ellos la (re)generación de la vida humana y animal: todo lo que crea vida es redondo, esférico: los huevos de los pájaros, el vientre de la mujer embarazada, nuestro planeta Tierra, hasta el universo –según la geometría no euclídica.
En el opy sacro, se guarda el yvyra´i, el esceptro religioso, decorado con plumas de aves tropicales.
El cesto –símbolo femenino lleva entretejidos motivos geométricos “para mbói”, de la serpiente que según la cosmogonía delimitó con su cuerpo el primer espacio terrenal.
Los productos alimenticios –fundadores de culturas- tienen en el Paraguay guaraní al maíz como representante.
León Cádogan, en su libro Ywyrá Ñe´ery (Fluye del Árbol la Palabra), entrevistó a un personaje indígena, llamado Vicente Gauto, y a continuación se presenta el diálogo antropológico, redactado según la mentalidad lingüística del español guaranizado: *16
-¿Cuántas clases de avachi conoces?
-Avachi, conozco avachi amarillo, avachi blanco, avachi moteado, hay también.
-¿Qué es el mejor?
-El avachi amarillo es el bueno, avachi blanco también, avachi blanco. Eso no más.
-¿Esas dos clases las dedicáis?
-De ambas clases, sí, se hace kagwijy.
-¿Y mbojape?
-Mbojape, así también.
-Mbojape que debe “fumigar” el Karai, ¿de qué clase de avachi se hacen?
-Esas se hacen de avachi amarillo.
*16 avachi significa maíz, kagwijy es la chicha, la bebida alcohólica que se hace del maíz masticado y fermentado, y
mbojape son las tortas (de maíz), como tortillas.
CONCLUSIONES: cultura y personalidad.
Las sociedades de la América marginal, que no presentan monumentos impresionantes –anteriormente caracterizadas como primitivas por los antropólogos- logran sobrevivir tan sólo con lo que su medio ambiente les proporciona, dice el Profesor Armesto (de Oxford). La división mínima del trabajo entre los Mby´a tupí-guaraní del Chaco paraguayo, que propone a la mujer recolectora de frutos silvestres y al hombre cazador -reminiscencias ambas del neolítico- ha evolucionado hoy en día en una agricultura incipiente –substancial, se podría afirmar- manteniendo a la vez su rostro de recolector. El chamanismo y el cacicazgo siguen resistiendo en el marco del parentesco de intercambio “lévi-straussiano” contra el totalitarismo latinoamericano del siglo XX.
La Historia es más un perseguimiento humano, que una ciencia con el significado convencional de la palabra, y eso porque el pasado no está presente en nuestros sentidos: solamente podemos tener una imperceptible idea de las impresiones y percepciones de los antepasados acerca de su espacio y tiempo. Y eso ocurre con la Historia mítica de los guaraní, que está entrelazada con la naturaleza, de la cual ellos forman parte: su era selvática se pierde en la bruma de la pluviosidad, mientras que su período colonial presenta vacíos que los antropólogos-cronistas actuales tratan de encajar mediante el análisis filosófico.
Examinando períodos más recientes, realizamos que la acción sistemática de algunos países europeos (como España) a favor de la educación obligatoria de los indígenas durante el siglo XIX, se acompañó por la imposición del servicio militar obligatorio y la proletarización de las masas. De este modo, la lucha contra el analfabetismo coincide con el control incrementado que ejerce cualquier régimen a sus ciudadanos. No debemos de olvidar que para que el gobierno pueda proclamar que ningún ciudadano tiene el derecho de ignorar las leyes escritas, toda la población tiene que saber leer. Este concepto se opone al ideal guaraní, que basó su mentalidad cultural – que no difiere de su mentalidad lingüística aglutinada- a la tradición oral, la inexistencia de un Estado como aparato monopolizador de la violencia física legitimada y la falta de un sistema jurídico, que según su mitología religiosa identifica el concepto de Uno con la calidad de Malo, insinuando la oligarquía. Los guaraní son una de las sociedades a las que se introdujo (léase: impuso) el abecedario latín en épocas no muy remotas y por medio del español –la lengua del “Otro”, como herencia cultural.
Ha sido, pues, una cultura legítima, destinada a convertirse en civilización verdadera, diría Spengler, lejos de todo indicio de globalización, que fue frenada por el imperialismo hispánico. Periódicamente aparecerán deseos de regreso al pasado, como resultado de las enfermedades sociales. La etnología debe quedar como memoria de los pueblos que están en el camino de la desaparición. No existen civilizaciones resucitadas. Sólo aparecen nuevas fases de su existencia. Felices o fracasadas.
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